Cuando una empresa necesita desarrollar un software personalizado o adquirir una solución tecnológica, es fundamental encontrar al proveedor adecuado. Para lograrlo, una herramienta clave es el RFP (Request for Proposal), o Solicitud de Propuesta. Un RFP bien estructurado no solo comunica tus necesidades con claridad, sino que también te permite comparar proveedores en igualdad de condiciones.
En esta guía te explicamos cómo crear un RFP efectivo para proyectos de software, qué debe incluir y por qué es tan importante para asegurar el éxito de tu inversión.
Un RFP (Request for Proposal) es un documento formal que una empresa emite para solicitar propuestas detalladas a proveedores potenciales. En el contexto del desarrollo de software, un RFP describe las necesidades del negocio, los requisitos técnicos y funcionales del proyecto, los plazos, el presupuesto y los criterios de evaluación de ofertas.
Incluye una breve descripción de tu organización, misión, sector, tamaño y contexto del proyecto. Ayuda a los proveedores a entender el entorno en el que operas.
Resume por qué se está realizando el proyecto y qué problema busca resolver. Esto da dirección al enfoque de la solución.
Detalla qué incluye (y qué no) el proyecto:
Si tienes un MVP o roadmap, menciónalo.
Enumera los requisitos que el sistema debe cumplir, incluyendo:
Indica fechas deseadas para:
Si es posible, proporciona un rango de presupuesto para que los proveedores evalúen si están alineados. No se trata de negociar, sino de filtrar propuestas realistas.
Explica cómo será evaluada cada propuesta. Ejemplos:
Indica cómo deben presentar su propuesta: estructura, documentos, preguntas que deben responder, anexos, etc.
Incluye:
Una vez que recibas las propuestas:
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